La investigación científica no es la única forma de investigación válida para evaluar las virtudes de la práctica agrícola.
Este artículo apareció originalmente en la edición de diciembre de 2021 de Alliance Magazine y se reimprime aquí con total autorización.
En 2006, Bettina Haussmann investigaba el mejoramiento del mijo perla en Níger. Con un doctorado de la Universidad Hohenheim en Stuttgart, Alemania, era una fitomejoradora excepcionalmente bien capacitada. Pero pronto descubrió que su experiencia no la ayudaba a comprender qué buscaban los pequeños agricultores de este país de África occidental en sus semillas. ¿Querían un grano para la tradicional temporada de cosecha? ¿O una variedad temprana que podría usarse durante el período de hambruna?
"Como obtentor en Alemania, me habrían formado para buscar un alto rendimiento, pero para esos pequeños agricultores, en realidad no se trata sólo de rendimiento", dice Haussmann, que ahora es profesor asociado en el Instituto de Mejoramiento Vegetal y Ciencia de Semillas de la Universidad de Hohenheim. , y Genética de Poblaciones y un científico de enlace de África Occidental con el Programa Colaborativo de Investigación de Cultivos (CCRP), que es una iniciativa de la organización con sede en Minneapolis Fundación McKnight. De hecho, además del rendimiento, los agricultores con los que colabora Haussmann están muy interesados en la calidad nutricional de los cereales, un factor crucial si se consideran los altos niveles de desnutrición en la región.
¿Quién es el experto?
Esa comprensión trastocó la idea que tenía Haussmann de su papel como experta. 'Cuando [el CCRP] comenzó en África occidental, un representante de agricultores dijo que "todo lo que se hace por nosotros, pero sin involucrarnos, en realidad podría estar en nuestra contra", dice. "Y esto nos hizo pensar desde el principio que no podemos avanzar sin colaborar con las personas que realmente están interesadas o afectadas por el cambio deseado".
Este cambio de paradigma está informando el pensamiento sobre los sistemas alimentarios en todo el mundo, desde la investigación hasta quiénes consideramos "expertos", pasando por cómo conceptualizamos y validamos la evidencia que resuelve problemas reales en contextos reales.
"No creo que la información que proviene de la ciencia sea la única evidencia necesaria para tomar decisiones", dice Carlos Barahona, director general de Estadísticas para el Desarrollo Sostenible (Stats4SD), una empresa social que brinda apoyo estadístico para el seguimiento y evaluar las intervenciones de desarrollo, incluido el trabajo del CCRP. Dice que la investigación generada por las iniciativas del CCRP en fincas individuales es evidencia, independientemente de si ha sido evaluada o no con metodologías estrictas.
"Creemos tanto en los resultados que se pueden medir como en los resultados que se pueden ver y observar de maneras que tal vez no se enseñen en las universidades".—JANE MALAND CADY, DIRECTORA DEL PROGRAMA INTERNACIONAL
Entre las historias de éxito se encuentra la mayor colección de variedades de quinua mantenida por institutos de investigación locales en Bolivia. "Esa es una fuente única de material genético para el mundo para siempre", afirma Barahona. "No es posible asignarle un valor monetario, pero sabemos que, a menos que lo hagamos, podemos perder importantes recursos genéticos". Asimismo, una colaboración de agricultores locales, institutos de investigación y ONG en Perú está trabajando para mantener la diversidad de papas nativas en los altos Andes. Las agricultoras de aldeas de África occidental han probado y seleccionado con éxito semillas de mijo perla para cruzarlas y poder cultivarlas en zonas con suelos poco fértiles. Los pequeños agricultores del este y sur de África han probado la eficacia del uso de materiales vegetales secos como pesticidas.
El trabajo del CCRP
En CCRP, un enfoque de múltiples sistemas, múltiples resultados y múltiples perspectivas es el núcleo de nuestra investigación para el bien público. Creemos tanto en los resultados que se pueden medir como en los resultados que se pueden ver y observar de maneras que tal vez no se enseñen en las universidades. En Malawi, los agricultores evalúan sus propias prácticas indígenas para la rotación de cultivos de leguminosas. En estos proyectos, los propios agricultores son coevaluadores. Frank Tchuwa, socio donatario del CCRP y profesor de desarrollo y extensión rural en la Universidad de Agricultura y Recursos Naturales de Lilongwe, dice: "La gente empieza a debatir y discutir si los hallazgos son comunes, si una enfermedad era común en todas las aldeas o si una enfermedad en particular La opción se hizo de la misma manera en todos los pueblos, y ¿por qué a algunos pueblos no les fue bien en una temporada en particular? ¿Y a otros les ha ido tan bien? Se dan diferentes razones y a partir de ellas intentamos sacar algunas conclusiones.'
La Fundación McKnight lleva mucho tiempo comprometida con la próxima generación de líderes. Nuestro enfoque colaborativo y orientado a sistemas promueve tanto la investigación como la práctica y expande orgánicamente las redes de todos los participantes. Los beneficiarios del CCRP han pasado a posiciones de influencia, lo que constituye una prueba más de que este enfoque colaborativo funciona. Julio Kalazich, mejorador de papa y uno de los primeros beneficiarios del CCRP, llegó a ser director del Instituto Nacional de Investigación Agrícola (INIA) de Chile. Robert Mwanga, un residente en Uganda Mejorador de camote y beneficiario del CCRP, fue uno de los cuatro galardonados con el Premio Mundial de la Alimentación 2016. Magali García Cárdenas, una agrónoma boliviana que colabora con pequeños agricultores para identificar el tiempo y las tendencias climáticas mediante el uso de métodos de pronóstico tradicionales, así como estaciones meteorológicas en el Altiplano, forma parte del Comité Asesor Científico del Consejo Independiente de Ciencia para el Desarrollo.
En el futuro, los colaboradores de los sistemas alimentarios necesitarán desarrollar el tipo de "mutualismo de conocimiento" descrito por el botánico Robin Wall Kimmerer, autor de Trenzando Sweetgrass: Sabiduría indígena, conocimiento científico y las enseñanzas de las plantas.. Kimmerer imagina un sistema de generación de conocimiento inspirado en el concepto del Jardín de las Tres Hermanas, en el que la investigación científica está integrada en una cosmovisión indígena: el maíz crece alto, los frijoles trepan por el maíz y la calabaza contiene las malas hierbas en una relación simbiótica que es solidario y productivo. Todos los actores de la ecología de los sistemas alimentarios (agricultores, científicos, programas de extensión, ONG) aportarán sus habilidades, fortaleza y experiencia para crear las soluciones más útiles e innovadoras.