Minnesota se encuentra en un punto de inflexión: sabemos que las comunidades prosperan cuando tienen agua potable limpia y lagos y ríos aptos para nadar, pero la producción agrícola, una parte fundamental de la economía de Minnesota, continúa contaminando el agua con altos niveles de nitrógeno, fósforo y sedimentos . Las ciudades y pueblos pequeños en todo el estado están lidiando con una combinación de infraestructura envejecida y una creciente necesidad de purificar el agua a medida que disminuye su calidad. Las políticas que tenemos en los libros no son suficientes para crear los cambios necesarios para mejorar y proteger la calidad del agua. Entonces, ¿cómo podemos abordar estos problemas urgentes de calidad del agua de manera diferente?
"... estas entrevistas identificaron la necesidad de involucrar a un conjunto mucho más amplio de partes interesadas de sectores que tradicionalmente no han sido parte de la conversación ..."—JULIA OLMSTEAD, OFICIAL DEL PROGRAMA DE RÍO MISSISSIPPI
Para responder a esa pregunta, el programa del río Mississippi se comprometió Comunicaciones SDK Escuchar con atención las opiniones de los interesados en el agua en todo Minnesota. El objetivo de esta investigación es conocer cómo los minnesotanos de diferentes regiones y sectores consideran y priorizan el agua. Hoy lanzamos un informe sintetizando esas entrevistas: una instantánea de las perspectivas en un momento único destinado a ayudar a McKnight, a nuestros beneficiarios ya nuestros socios a considerar qué se puede hacer para proteger y mejorar la calidad del agua en Minnesota.
Las entrevistas proporcionaron varias ideas. Por un lado, mientras que casi todos creen que la calidad del agua es importante, pocos la califican como una prioridad máxima. También observamos cómo los que trabajan en los sectores más afectados por la calidad del agua se encuentran entre los más informados y con opiniones del estado, pero esos interesados tienen fuentes de datos fragmentadas y carecen de una comprensión compartida de los problemas y las posibles soluciones. Tal vez lo más importante es que estas entrevistas identificaron la necesidad de involucrar a un grupo mucho más amplio de partes interesadas de sectores que tradicionalmente no han sido parte de la conversación, incluidos la salud pública y la atención médica, la industria no agrícola y los residentes urbanos y rurales que no tienen acceso a bebidas limpias agua.
El camino hacia una mejor calidad del agua en Minnesota dependerá de las grandes decisiones en torno a la infraestructura multimillonaria, así como de las millones de pequeñas decisiones que las personas toman todos los días. Nuestra esperanza es que esta investigación y el trabajo que informa ayudarán a sembrar una nueva conversación en Minnesota sobre cómo mejorar la calidad del río Mississippi y todas las demás aguas de Minnesota para las generaciones actuales y futuras.